¿Cuántas ocasiones hemos sido testigos de una revancha perfecta? Me refiero con revancha perfecta el enfrentar una situación en exactamente las mismas condiciones con las que fuimos derrotados.
Muchas veces hemos escuchado cuando un equipo pierde una final y en la temporada siguiente se enfrenta al equipo que los venció, que los jugadores del equipo derrotado toman ese juego como una revancha, buscando ganar a como dé lugar para “vengarse” de la derrota pasada.
Sin embargo, aun con esa victoria en temporada regular, la verdadera venganza sería ganarle al equipo que nos derrotó en una final ¿No?
Pues esto fue justamente lo que el día de ayer los Dallas Mavericks consiguieron. Primero, pudieron obtener una revancha en las Finales de la NBA después de 5 años en contra Miami, el equipo que los había vencido en la única final a la que habían llegado. Y posteriormente les ganaron exactamente de la misma forma en la que el Heat los había vencido a ellos en el 2006.
Fue una serie emocionante, en la cual mucha gente al principio daba como ganador al equipo de Miami gracias al buen ritmo que sus tres estrellas, Bosh, James y Wade, habían demostrado en las series anteriores.
Sin embargo, es conocido por todos que un partido no se gana o se pierde sin antes haberse jugado, y con esta mentalidad fue que el coach Carlisle preparó a su equipo para buscar el primer título en la historia de la franquicia.
Podemos hablar de muchos temas referente a Miami, que si Wade estuvo lesionado antes de la serie, que si LeBron James se apaga al momento crítico, que si el apoyo de la banca no es suficiente, que si Erik Spoelstra no es el coach ideal para este equipo y muchos etcéteras más, sin embargo creo que en este momento todo esto queda de lado y es momento de verdaderamente festejar y aplaudirle al equipo ganador por lo que hizo y no por lo que su rival dejó de hacer.
Así que mejor festejemos que el gran Dirk Nowitzki, el mejor jugador europeo de la historia en mi opinión, por fin logró obtener el trofeo que le faltaba, estemos contentos por la gran actuación del puertorriqueño J.J. Barea quien en esta serie demostró que está preparado para brillar en esta liga, aplaudámosle al gran Peja Stojakovic que a pesar de ver casi nula acción en esta serie fue clave en las series anteriores con sus tiros de larga distancia, admiremos y demos gracias por ser testigos del juego de Jason Kidd, uno de los mejores bases de la historia de la liga y que a sus 38 años de edad y 17 como profesional por fin logró su campeonato. Y por supuesto no olvidemos a Jason Terry, quien junto con Nowitzki, eran los únicos dos jugadores sobrevivientes de aquella dolorosa derrota de 2006, pero que gracias a su juego, sobre todo el de anoche, lograron borrar sus fantasmas y alzarse como los mejores de la liga.
En general como aficionados debemos de estar contentos que después de mucho tiempo vimos series parejas, con finales inesperados y llenos de emoción. Esperemos ahora que el conflicto laborar se resuelva lo antes posible y no suframos como estamos sufriendo con la NFL.
Mientras tanto, quedémonos con los recuerdos de esta temporada y en especial con esta serie en donde Dallas consiguió al final: “La venganza perfecta”.
Twitter: @PadrinoBetan
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